Por Sin Reservas
El delincuente de saco y corbata público y privado compra quien le escriba, y lo estamos viendo hoy con los presos del Cartel Medina-Montilla, que no solo se robaron el país, sino que compraron -con nuestros impuestos- cientos de colegas (delincuentes) de los medios de comunicación (los denominados bocinas), que dicho sea, ya la mayoría han sido compradas por este gobierno.
Ellos hicieron el «trabajo» a sus colegas estando en el poder, le celebraron todos los chistes por desagradables que fueron, pero hoy no se quedan atrás con los todavía sueltos, pero con más ahinco con los ya presos, que solo les ha faltado solicitarle a El Vaticano, su canonización.
Que son unos angelitos, que deben estar en sus casas, que prisión domiciliaria, que si están enfermos (se hacen), que si mueren, que patatín, que patatán.
Su último couple, lo ha sido con Francisco Pagán, el que mientras realizó en contubernio con su jefe y el hermano de su jefe, una serie de fechorías, nunca se enfermó, siempre andaba muy erguido, pero ahora ha hecho que lo saquen dos veces con una supuesta emergencia.
Y ahí entraron sus colegas de los medios, hasta el extremo de acusar a los miembros del Ministerio Público de Lisandro Macarrulla, de ser los culpables si al susodicho hay que mudarlo para el cementerio.
Y como de tal palo, tal astilla, Óscar Medina, es una de los han vociferado que «Si a San Francisco Pagán, le sucede algo, los culpables serán la Procuradora General de la República, Miriam Germán Brito; la directora general de Persecución, Yeni Berenice Reynoso Gómez, y el director de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), Wilson Camacho«.
Un solo ejemplo
Nosotros les preguntamos a este grupo de beneficiados de la corrupción que tanto imploran por sus corruptos, dónde estaban ustedes cuando precisamente sus defendidos hicieron caso omiso cuando este señor Alberto Derison, imploró atención médica, convirtiéndose en asesinos involuntario, ya que el infeliz murió en la cárcel de Ciudad Nueva.
Como Alberto Derison, hay cientos en las cárceles, que no tienen un peso, y por tanto no pueden comprar un traslado a un centro médico.
Alberto Derison, fue acusado de robo, lo sometieron a la justicia y durante su audiencia de medidas de coerción, donde le impusieron prisión preventiva, dijo que estaba enfermo, pero no se le garantizó su derecho a la salud.
Óscar Medina, por qué no cantalestiaste este caso de cientos que hay, y de varios que lo han dejado morir, esos no pagan bocina, verdad?.
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